Controlar la salud de nuestro perro. Una cuestión de vital importancia.

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A veces el más pequeño detalle marca la diferencia. Reconocer un síntoma en un perro sólo indica que hay que visitar al veterinario

Para nosotros, la salud de nuestro compañero es fundamental y procuramos mantenerlo limpio, cuidado, vacunado, identificado y lo más protegido posible.

Nuestro afán como buenos “dueños” es ofrecerles lo mejor. Nos gusta saber que están bien alimentados, bien cuidados y paseados, que disfruten y que estén sanos.

Por ello, es importante saber detectar cualquier muestra que nos dé nuestro amigo para indicarnos que no se encuentra bien. Y ésto a veces no es nada fácil.

No es tan solo el hecho de que no hablen sino que en muchas ocasiones los síntomas son poco destacables o el perro no lo muestra claramente. Y eso dificulta muchas veces el reconocer cuando es hora de visitar a su veterinario.

Por ello, queremos daros algunos consejos de forma que todos sepamos detectar cuando conviene que revisen la salud de nuestro perro.

Hay síntomas que se hacen bastante evidentes ya que implican un comportamiento que surge “de forma espontánea” a nivel conductual; arrastrar el ano por el suelo de forma repetida, rascarse los ojos con las patas, andar encorvado, cojear, rascarse la oreja o rascarse compulsivamente… comportamientos que no muestran de forma habitual y que aparecen de pronto y se repiten con más o menos frecuencia o que aumentan su frecuencia con los días.

En otros casos no implica una conducta asociada a ellos pero son visibles; una herida, sangrado, salida excesiva de mucosidades (legañas, cera, saliva…)

Pero en otros casos podemos confundirlo fácilmente con un problema de conducta, lo que parece encubrir algo más que simplemente “tener mal carácter” o ser “muy tranquilo”. Los perros pueden llegar a gruñir y morder por puro dolor, y lo que interpretamos como un genio “cascarrabias” está enmascarando un problema de salud que puede ser bastante más grave de lo esperado.

Así que, ¿cómo saberlo? ¿Cómo saber si mi perro es así de tranquilo o le ocurre algo?
A veces el más pequeño detalle marca la diferencia. Si el perro es tranquilo en casa pero sale a la calle contento es distinto a cuando el perro está tranquilo en casa, pero no quiere salir, no se quiere mover y «parece autista», o en cambio, gruñe y enseña los dientes cuando te acercas o le tocas.

Hay algunas formas de saber en casa si hay algún síntoma raro que nos indique que pasa algo, eso no significa que determinemos que al perro le pasa X o que le demos la primera pastilla que se nos ocurra. Nunca jamás debemos automedicar a los perros pues podemos estar causándole un problema aún mayor. Reconocer un síntoma en un perro sólo indica que hay que visitar al veterinario para que le haga las pruebas oportunas, lo diagnostique y lo trate.

A continuación enumeramos algunos de los que podemos detectar desde casa y que requerirán ser consultados con el especialista en medicina animal.

  • Cambios de coloración en la piel. Pueden ser indicativos de patologías moderadas y graves. Hematomas, coloración de las mucosas (las encías o los ojos). Se detectan fácilmente a la vista aunque pueden encontrarse en zonas recónditas de la piel o incluso tapadas por el pelo.
  • Obesidad o excesiva delgadez. A veces no sólo la alimentación influye en el estado físico y el peso de nuestro perro. Un perro delgado puede ser un síntoma de que está mal alimentado, pero también de la existencia de una patología de mayor o menor gravedad. Algo similar ocurre con el exceso de kgs, a veces no es sólo síntoma de estar sobrealimentado o hacer poco ejercicio. Si a pesar de que lo intentas con alimentación para adelgazar o mucho ejercicio, si no le encuentras explicación a que esté “gordito” pregunta a tu veterinario, porque podría tener alguna enfermedad.
  • Calvas, pérdida excesiva de pelo, pobreza en el pelo, úlceras de piel… Son síntomas bastante obvios y supestamente fáciles de ver y son indicativos de que algo ocurre con la salud de nuestro perro. No hagas caso de las experiencias de la gente cuando te dicen que eso es porque le falta ésto o lo otro o que es seguro X enfermedad porque su perro tenía esa misma calva/herida. Hay muchas enfermedades que producen problemas de piel y sólo el veterinario es capaz de distinguirlas mediante determinadas pruebas clínicas.
  • Diarreas y/o vómitos. Una diarrea esporádica y/o un vómito puntual pueden ser simplemente eso, esporádicos. Pero si es algo que se repite… tu perro puede estar padeciendo alguna enfermedad que pueda incluso llegar a ser contagiosa. No te conformes con hacerle “dieta blanda” hasta que se le pase. Los síntomas no aparecen de la nada, y si ya son varios días haciendo diarrea, quizá es más serio que el socorrido “ha comido algo que le ha sentado mal”. Si además se presentan los dos a la vez… mal asunto. Acude a tu veterinario de inmediato.
  • Falta de apetito o apetito voraz. Ya sabemos que los perros son casi todos unos glotones que se lo comen todo, y algunos pocos son exquisitos para comer, pero pocos se resisten a una rica chuche. Si tu perro no quiere comer, ni siquiera su comida favorita, y si además detectas otras cosas raras… le ocurre algo. Y al contrario, por extraño que parezca, también. Si tu perro nunca tiene fin y se comería el mundo entero de una tacada, a lo mejor no es solo un glotón y tiene un problema subyacente.
  • Beber mucho, orinar mucho. Todo lo que implique exceso es síntoma de algo al menos en cuanto a la ingesta de agua o a la hora de orinar. Y es de las cosas que más te preguntarán los veterinarios cuando acudes a ellos por algún problema de salud. Cuando hablamos de mucho, hablamos de MUCHO, un exceso que suele ser bastante llamativo.
  • Cambios en la temperatura corporal. Es difícil distinguir a simple vista (o simple tacto) que un perro tiene fiebre. En algunos perros se puede detectar una temperatura elevada en las ingles, o incluso sequedad en la trufa, pero no son muy fiables. La manera real de verificarlos es tomarle la temperatura con un termómetro. Si ésta es mayor de 39, sospecha que pueda tener fiebre. Aún así, si no estás muy avezado en tomar la temperatura de un perro mejor acude a tu veterinario y que él se asegure. Hay perros que por su raza o sus características individuales tienen una temperatura más o menos elevada de lo que se considera “normal” en un perro.
  • “Bultos” (nódulos). Éstos se pueden detectar palpando a nuestro perro, a vece se detectan simplemente acariciándolo . Si encuentras alguno en tu perro, no esperes a ver si se le quita solo, acude a tu veterinario porque puede no ser nada de importancia como ser una patología de gravedad que cuanto antes se detecte, mejor será para tu compañero.

Éstos son, a grandes rasgos, algunas de las cosas que podemos observar en nuestro perro y que nos puedan indicar que debemos acudir a nuestro veterinario de confianza para realizarle una revisión a nuestro amigo, para que mantenga un estado de salud óptimo y, en caso de padecer alguna enfermedad, tratarla a la mayor brevedad posible para que no se torne en grave y nuestro perro pueda volver a la vida normal.

Como última recomendación, os aconsejamos que en caso de que a vuestro amigo le sea detectada una enfermedad que pueda ser contagiosa para otros perros, tomes precauciones para que otros amigos peludos no pasen por lo mismo que tu. A veces basta con abstenerse de acudir a un parque o a lugares donde hay muchos otros perros durante el período en que dure la enfermedad, y en otras ocasiones, es aconsejable (si la enfermedad se transmite a través de éstos medios) echar un poquito de lejía en pises o lugares donde haya hecho caca, o llevar un bebedero para que no use uno comunitario.

Porque si nos importa la salud de nuestro amigo y pretendemos cuidarla, debemos pensar que a otros como nosotros también les importa la salud del suyo. Proteger su salud también pasa por proteger la salud del resto de perros con los que nos cruzamos o no en nuestro día a día.